Garantia a las mujeres una vida libre de violencia
Autor | Félix C. Paz Espinoza |
Cargo del Autor | Catedrático Emérito de Derecho de Familia y Sucesiones en la carrera de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Mayor de «San Andrés». Juez Público de Familia en el distrito Judicial de La Paz |
Páginas | 743-792 |
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Derecho de las Familias
CAPÍTULO XXIII
GARANTÍA A LAS MUJERES
UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA
1. INTRODUCCIÓN
A empo de iniciar el tema que desarrollaremos, creo es
menester hacer algunas consideraciones generales a manera
de introducción, haciendo una mención muy supercial y sin
pretender ingresar en un análisis sustancial y cienco de lo que
es la violencia o lo que signica ello, cuya tarea, creo corresponde
a estudiosos e invesgadores especializados en la materia en los
diferentes ámbitos de las ciencias de la psicología, sociología,
medicina y otras, de ahí que esbozaremos simplemente algunas
ideas tratando de explicar con alguna aproximación el origen y
subsistencia del fenómeno social de la violencia que ha traído
grandes atribulaciones y frustraciones, marrios y sufrimientos a
la humanidad, especialmente al seno de la sociedad familiar.
Hablar de la violencia es referirnos a un hecho que parece
ser congénito entre los seres humanos, porque es tan angua
como la propia humanidad, parece que ella ha predominado
siempre cuando el ser humano desde empos muy remotos o más
propiamente, desde su origen tuvo que acudir a ese medio para
procurarse los alimentos y protegerse de los enormes peligros
naturales que le acechaban impulsado por la necesidad natural
de sobrevivir, pues, no de otra manera puede explicarse como el
individuo en este periodo aprehendió la caza de animales para
alimentarse, luego de haberse adaptado a un nuevo régimen
alimencio siendo que inicialmente eran herbívoros y fruboros;
luego se desarrollaron y coexiseron sociedades sumamente
belicosas que vivían del asalto, el saqueo y la apropiación del
trabajo de la gente de otras comunidades. Exiseron sociedades
esclavistas que subsisan exclusivamente del esfuerzo y trabajo
ajeno, de los esclavos somedos a su voluntad ilimitada, para
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ese comedo praccaban el pillaje y el rapto, en todo ello ha
primado la violencia y por eso las manifestaciones violentas
fueron consideradas como algo connatural al hombre, como una
caracterísca que hace a la propia esencia humana y hubieron
quienes consideraron a la violencia como una parte integrante
de la naturaleza misma la humanidad (el hombre) al igual que
los fenómenos naturales como los movimientos sísmicos, los
maremotos, las erupciones volcánicas, las tormentas o como
cuando el animal salvaje caza, mata y devora a su presa; claro que
tampoco se descarta la existencia de otras sociedades pacícas
dedicadas al trabajo agrícola y la ganadería, pero ellas tampoco se
sustrajeron de la violencia que se ha manifestado de una manera
menos impactante, derivada a una posición jerárquicamente
preponderante en el ejercicio de autoridad protecva, disciplinaria
y patriarcal.
De hecho, la violencia no es patrimonio sólo de la humanidad,
pues todas las especies animales de la especie carnívora la ulizan
y la han praccado desde siempre para sobrevivir, por eso se
sabe que el animal más grade ha matado al más pequeño para
alimentarse y subsisr; según estudios ciencos realizados
por Materlink, antropólogo inglés, en la especie de los insectos
y entre ellas las hormigas, dice que existe una variedad de razas,
algunas de esas comunidades de insectos se caracterizan por
ser pacícas dedicadas al trabajo y la construcción, otras son
esclavistas y explotadoras porque viven del trabajo de las otras;
pero también existen otras razas que viven del asalto y el saqueo,
son depredadoras y viven de lo que producen las sociedades
de hormigas pacícas, esas acciones se caracterizan por ser
eminentemente violentas porque no sólo cogen los alimentos
acumulados sino que también matan.
La humanidad creo que es la que más se ha asemejado a esa
forma de vida si analizamos con detenimiento la historia de los
pueblos anguos en el viejo mundo y medio oriente, el áfrica, sin
descartar los del Connente Asiáco, en todo empo la violencia ha
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formado parte del diario quehacer prolongándose hasta nuestros
empos, cuyos hechos se han manifestado patécamente durante
la primera y la segunda guerra mundial y aún en las acciones
revolucionarias y los regímenes de gobiernos de facto.
De manera que la violencia subsistente dentro de la
organización social de un Estado, es simplemente un reejo de
aquello, pero sucede que este fenómeno anómalo en estos úlmos
empos, apenas dos décadas, está siendo objeto de estudios
profundos en los diferentes países del mundo, de ese modo,
existen fuertes corrientes doctrinales y legislavas para tratar de
superarla eliminándola o por lo menos procurar reducirla en todos
los ámbitos de las relaciones sociales, en especial, del ambiente
de la familia nuclear o la ampliada, en los núcleos de producción
o trabajo, centros de educación y formación profesional, mejor
aún en los conictos sociales en sus diferentes componentes de
carácter nacional e internacionales, al considerar que la violencia
constuye una lacra para la paz social.
En resumen de estos conceptos, es posible deducir que la
cuesón referida a la violencia dentro de las relaciones familiares
es un mal social tan anguo como la propia humanidad, porque se
maniesta de diversas formas y maneras conforme al desarrollo
histórico en la evolución de la familia, según las diferentes etapas
de formaciones sociales y los períodos de la evolución humana que
hemos estudiado en los primeros temas, siguiendo, precisamente,
la teoría evoluva de la sociedad humana no biológica sino más
bien sociológica. En ese contexto, es probable concebir la idea que
desde los albores de la humanidad, o sea, de la superación de los
sistemas de la poliandria y del matriarcado, se impuso el sistema
patriarcal que estableció relaciones de poder entre los géneros, se
trata de una sociedad construida a parr de relaciones agresivas
considerando el medio natural en el que sobrevive y se desarrolla
la familia y la sociedad misma, donde el hombre es el que detenta
la fuerza, el poder y la autoridad.
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