Tierras y producción agrícola: A 13 años del gobierno del MAS

AutorEnrique Ormachea Saavedra
Páginas1-24
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Tierras y producción agrícola: A 13 años del gobierno del MAS
Tierras y producción agrícola:
A 13 años del gobierno del MAS
Ante la armación del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT) en sendo de que el país se
encamina hacia la “conclusión del proceso de reforma agraria”1, interesa realizar un balance de los
resultados de la autodenominada “revolución agraria” del Gobierno del MAS, centrando el análisis
en dos ámbitos estrechamente interrelacionados y sobre los cuales el ocialismo considera haber
logrado importantes transformaciones: una nueva estructura agraria que se caracterizaría por una
mayor proporción de erras producvas en manos de los campesinos e indígenas, y un mayor
aporte de éstos a la producción agrícola del país2.
LOS LÍMITES DE LA “REFORMA AGRARIA” DEL MAS
Como recordará el lector, en noviembre de 2006 el Gobierno del MAS promulgaba una ley con
el pomposo tulo de “Reconducción comunitaria de la reforma agraria”, la que, en realidad, se
limitaba a modi car aspectos puntuales de la Ley del Instuto Nacional de Reforma Agraria (Ley
INRA) aprobada durante el Gobierno de Sánchez de Lozada en 1996. Entre discursos en sendo de
que esta norma se constuía en un “instrumento de liberación” del campesinado y de los pueblos
indígenas, Evo Morales remarcaba que por n se contaba “con un instrumento legal para acabar
con los terratenientes del oriente boliviano”3.
Casi de manera inmediata (julio de 2007), el CEDLA presentó un análisis críco tanto sobre la
orientación de esta “nueva” norma como sobre el contenido de otros documentos de polícas
sectoriales presentados por el Gobierno en aquel entonces4, remarcando fundamentalmente dos
aspectos que marcaban el gran límite que impediría una verdadera y sustancial reforma agraria
en el país: por un lado, el respeto que profesa el MAS a la propiedad privada de los medios de
producción y, por otro, su equivocada caracterización de los pos de lafundios existentes en el
país.
En este sendo, señalábamos que el respeto que profesa el MAS a la propiedad privada de los medios
de producción lo llevaría inevitablemente a proteger a las grandes propiedades agropecuarias que
1 Al respecto, véase Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (2016) Plan del sector agropecuario y rural con
desarrollo integral para vivir bien. La Paz: MDRyT.
2 Al respecto, véase Estado Plurinacional de Bolivia (s/f) “Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020
en el Marco del Desarrollo Integral para Vivir Bien” (mimeo).
3 Al respecto, véase, Rebelión (30/11/2006) “Evo: se terminó el lafundio en Bolivia”.
4 Los documentos relavos a las polícas de erras para la reconducción comunitaria de la reforma agraria
y al Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010.
Enrique Ormachea Saavedra*
* En este texto se hace uso libre de los trabajos anteriores del autor sobre el tema.
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Boletín Informativo Nº 28
cumplieran con la función económica social de la erra. En efecto, cuando la nueva Constución
Políca del Estado jó un límite de 5.000 hectáreas como tope máximo de la propiedad agraria a
parr de su aprobación y legalizó en los hechos —arguyendo razones de inaplicabilidad retroacva
de la ley— la propiedad de aquellas explotaciones agropecuarias que, cumpliendo la función
económica social, sobrepasaban dicho tope, cumplió con su oferta — remarcada insistentemente
desde enero de 2006, para tranquilidad de los grandes propietarios de erra— de respetar el
lafundio producvo cualquiera fuese su extensión5.
Pero, además, llamábamos la atención en relación al planteamiento gubernamental de que sería
posible eliminar la concentración de erras a parr de jar un límite a la extensión de la propiedad
agraria (en este caso, 5.000 hectáreas) pues, como se sabe, el lafundio moderno —al contrario
de lo que sucedía con el lafundio basado en el trabajo servil— no se basa en una gran extensión
de erra con connuidad territorial, sino en la “unión” de varios predios sin connuidad territorial
a través de la administración centralizada de los mismos. En este sendo, planteábamos que el
inevitable proceso de acumulación de erras que se da en el capitalismo siempre encontrará
propietarios privados o comunitarios dispuestos a vender o alquilar sus erras y productores
dispuestos a alquilar o comprar erras.
Como se sabe, además de considerar como lafundio la propiedad que sobrepasa la supercie
máxima que señala la Constución Políca del Estado (más de 5.000 hectáreas), el Gobierno del
MAS se propuso eliminar otros tres pos de lafundios: i) la tenencia improducva de la erra; ii)
la erra que no cumpla la función económica social; y iii) la explotación de la erra que aplique un
sistema de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud en la relación laboral.
Al respecto, señalábamos que tanto el denominado “lafundio improducvo” (es decir, la tenencia
improducva de la erra y el incumplimiento de la función económica social), así como el lafundio
basado en relaciones de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud, no eran formas de propiedad
y/o producción predominantes en la estructura agraria del país a inicios del siglo XXI.
Remarcábamos que varios estudios adveran que el denominado “lafundio improducvo” —que
se conformó a raíz de la distribución discrecional de erras durante los años setenta y principios
de los años ochenta— persisó como forma de tenencia importante hasta mediados de los años
noventa pues, a parr del auge de la producción de soya, una buena parte de estas erras fue
sufriendo parcelaciones como consecuencia de su venta o arrendamiento. En este sendo, como
consecuencia de una intensicación del mercado de erras sobre todo en Santa Cruz, hacia 2006
este po de lafundio ya no tenía el peso que ostentaba antes.
Por otro lado, también adveramos que, a raíz de la revolución agraria protagonizada por los
propios campesinos y la Ley de Reforma Agraria de 1953, el trabajo servil, la semiesclavitud o
esclavitud ya habían sido eliminados como formas predominantes de producción en el campo 60
años atrás.
En este sendo, considerábamos que, en realidad, el Gobierno del MAS se planteaba la eliminación
de lafundios fantasmas, es decir de aquellos que por diversas razones práccamente ya habían
desaparecido o disminuido en su importancia, por lo que la autocalicada “revolución agraria”
concluiría sin afectar a los lafundistas de carne y hueso: los terratenientes que obenen renta
5 Al respecto, véase Enrique Ormachea Saavedra (2007) ¿Revolución agraria o consolidación de la vía
terrateniente? El gobierno del MAS y las polícas de erras. La Paz: CEDLA.

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