La salud y el desarrollo

Páginas17-18
SALUD - 17
Octubre de 2018
CONOCIMIENTO AL SERVICIO DE LOS TRABAJADORES
Universal, gratuito para el paciente, bien nanciado y con autonomía de gestión,
el futuro modelo debe responder a las necesidades colectivas de toda la nación y
ser ecaz, amplio, nada sectario.
SUSTENTABILIDAD Y VULNERABILIDAD
La salud y el desarrollo1
La aspiración primordial de
todo ser humano es disfrutar del
máximo bienestar físico, mental y
social, y no sufrir enfermedades.
Además, investigaciones
serias sobre la capacidad produc-
tiva del ser humano, muestran
que el capital social tiene mayor
rentabilidad que el construido.
Esta capacidad humana,
designada por algunos como
capital humano, está directa-
mente relacionada con la buena
salud. En este sentido la inver-
sión en salud y educación, tiene
una tasa de retorno a largo plazo,
mayor a cualquiera de las activi-
dades productivas de la industria
o el comercio.
Estos conceptos cobran
mayor valor, cuanto más pobre
es un país, pues en los indus-
trializados, la pobreza es menor
y una buena parte de la pobla-
ción accede a niveles de bienes-
tar que aun siendo inequitativos
cubren por lo menos las necesi-
dades básicas. El círculo vicioso
donde la pobreza perjudica el
desarrollo, y el deciente desa-
rrollo afecta la salud, limitando
la potencialidad necesaria para
superar la pobreza, es un factor
de atraso que ataca más cruel-
mente a los más pobres. De este
modo la pobreza, lejos de jus-
ticar la restricción de recur-
sos para la salud, exige mayores
inversiones.
Bolivia, ha derrochado sin
posibilidad de recuperación los
miles de millones de dólares que
ingresaron al país por efecto del
aumento de los precios de las
materias primas. La sola suma
de los ingresos extraordinarios
que recibió el Tesoro General
de la Nación por el aumento
del precio de las materias pri-
mas alcanzó a 60 mil millones
en el período de 2006 a 2014.
Infelizmente toda esa bonanza
económica no fue aprovechada
para mejorar el sector salud o
por lo menos evitar su deterioro.
Y no es que el presupuesto de
salud no haya crecido, aumentó,
evidentemente, pero siempre en
menor proporción a las nece-
sidades crecientes del sector y
con graves falencias e inecien-
cia. Pero, sobre todo, lo que evi-
dencia el menosprecio del régi-
men actual por la salud, es que
el gasto en este rubro, como
porcentaje del PIB, es menor al
invertido por los calicados des-
pectivamente como gobiernos
neoliberales.
El licenciado Guillermo
Aponte, con datos del Banco
Mundial, muestra que en el
período de los años 1999 al 2002,
(período de la república demo-
crática) el gasto en salud fue de
6,3% del PIB mientras que en
los últimos 10 años del gobierno
actual bajó a 5.3%.
LAS CIFRAS
SIGNIFICATIVAS
El gobierno se jacta de haber
reducido la pobreza en un 40%
en los 12 años de su gestión.
Sin embargo, con datos toma-
dos de la CEPAL este descenso,
insuciente para solucionar sus
graves problemas, no es, como
dice la propaganda ocial, uno
de los mayores del continente,
pues en el mismo período Perú
disminuyó la pobreza en 61%,
Ecuador en 55% y Paraguay en
49%.
Lo grave es que con el 38,6%
de pobreza que tenemos, esta-
mos entre los peores del con-
tinente y además en el último
quinquenio, la pobreza ha empe-
zado a subir nuevamente. Del
año 2012 al 2017 aumentó en
6%. Este aumento, ratica el
diagnóstico de los economistas
bolivianos quienes armaron
que el descenso de la pobreza,
basado en la volatilidad del ren-
tismo, sin aumento de las fuentes
de empleo ni otros componentes
de un real desarrollo, no era sos-
tenible y que su vulnerabilidad
podría revertir la situación con
nuevos ascensos de la pobreza,
tal como ya está ocurriendo.
La medicina social actual,
planteada inicialmente por médi-
cos pioneros como Virchow,
Peter Frank y otros, nació como
crítica y rechazo al capitalismo
de los inicios de la era industrial
y aunque parezca paradójico, el
populismo actual que proclama
un anticapitalismo dogmático,
es el sistema más cercano a ese
capitalismo salvaje, a nombre
de un socialismo del siglo XXI
que contribuye muy poco al
desarrollo.
Mientras el capitalismo evo-
luciona impulsando y aprove-
chando de diferentes maneras
el avance de la ciencia y la tec-
nología, el socialismo, que nació
como alternativa humana de
solidaridad social, en su versión
del siglo XXI es cada vez más
dogmático, autoritario e irrespe-
tuoso de los derechos humanos.
La sed de poder y el culto a la

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