Experiencias, avances y logros en América Latina y el Caribe
Autor | Silvia Molina |
Páginas | 12-24 |
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Boletín Informativo Nº 31
predominando en estos es-
pacios el concepto de “em-
poderamiento femenino”
como de índole económica
y separado de la políca; por
tanto, dejando de lado el dar
respuesta a los problemas
de equidad de género más
profundos.
Como señala Raa Zakara en
“El mito del empoderamien-
to de las mujeres10” (New
York Times, 2017):
…las feministas del Sur Global comenzaron a incluir
el término en el repertorio léxico del desarrollo a
mediados de la década de los ochenta. Aquellas
mujeres comprendían el “empoderamiento” como
la tarea de “transformar la subordinación de gé-
nero” y eliminar “otras estructuras opresoras”, así
como la “movilización políca” colecva. Lograron
parte de sus objevos cuando la Cuarta Conferencia
Mundial sobre la Mujer, realizada en 1995, adoptó
“una agenda para el empoderamiento de la mujer”.
“No obstante, a veindós años de esa conferencia
[2017], el “empoderamiento” se ha converdo en
una palabra de moda entre los profesionales del
desarrollo en Occidente, pero se eliminó su aspecto
más relevante: el de la “movilización políca”.
En el mismo sendo, es evidente que muchos de
los proyectos de generación de energía y acceso
a este servicio, bajo el rótulo de ser “desnados a
mujeres”, son en general de eciencia energéca,
energía renovable o uso de tecnología acorde a las
condiciones locales y desnada a los hogares.
Éstos enen incidencia local y resultan importan-
tes en términos de mejorar ciertas condiciones de
salud, reducir los empos empleados en la bús-
queda de leña y biomasa para los hogares y per-
mir el desarrollo de otras acvidades en el hogar.
En algunos casos, la liberación de empo y tareas
10
opinion/el-mito-del-empoderamiento-de-la-mujer.html>
también permite generar diálogo entre mujeres,
espacios de información y hasta posibilidades de
organización y de formación. Sin embargo, no exis-
ten indicadores que proporcionen información
precisa sobre efectos en el empoderamiento real
de las mujeres y en la eliminación de estructuras
de discriminación en las que hayan tenido resul-
tado.
Cuando se trata de proyectos comunitarios de
acceso a energía, que involucran organización de
la comunidad y parcipación de mujeres y hom-
bres, las posibilidades de intervención acva de
las mujeres son mayores. En estos casos es posible
idencar reportes que señalan efectos en empo-
deramiento económico, capacidad organizava y
posibilidades de fortalecimiento colecvo para la
parcipación políca de hombres y mujeres de la
comunidad.
EXPERIENCIAS, AVANCES Y LOGROS
EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
En el escenario actual, después del súper-ciclo de
las materias primas, es evidente que no hay cam-
bios reales en la orientación exportadora de las
polícas públicas (apertura de la economía, impul-
so a las ramas producvas ligadas a los mercados
externos, y promoción de la presencia de capitales
transnacionales en los sectores vinculados a los re-
cursos naturales).
En consecuencia, persisten los impactos sociales
resultado de estas polícas y la desigualdad social
ende a crecer, como demuestran los niveles de
desempleo, pobreza y deterioro de la calidad de
vida.
En la región, históricamente, se han destacado
importantes experiencias de resistencia contra
la precarización de la vida en contextos extrac-
vistas; entre estas, movimientos de rechazo a la
implantación de grandes centrales hidroeléctricas
promotoras de un modelo energéco que niega
las necesidades de las comunidades y prioriza los
negocios empresariales, y en el que las mujeres
El hambre en el mundo
aumenta, menos de la
mitad de la población
mundial carece de
servicios de salud
esenciales y, que las
mujeres continúan
enfrentándose
a desventajas
estructurales y a la
discriminación
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