Cuando enfermar es más frecuente. El derecho a la salud en la vejez

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ara l a may oría de los
bolivianos, la vejez se
constituye en una experiencia
sombría. Hacer frente a las
vicisitudes como la pérdida de las
capacidades físicas, el deterioro de
la salud o la falta de ingresos, son
solo algunas de las condiciones
desfavorables que acompañan esta
última etapa de vida.
En tal sentido, el acceso a un
seguro o servicio público para
atender las necesidades de salud
es de crucial importancia, pues con
la llegada de la vejez aumenta
considerablemente el riesgo de
sufrir accidentes o contraer
enfermedades y afecciones
crónicas que requieren de un
seguimiento y control
permanentes, ya que estos
padecimientos afectan la capacidad
para desempeñarse normalmente
en las actividades cotidianas,
limitando la independencia.
En el país, el 31% de los
adultos mayores (330 mil
aproximadamente) padece de
alguna enfermedad crónica, entre
las que destacan el reumatismo, la
artritis, la artrosis y la diabetes;
además, el 6,3% (66 mil
aproximadamente) sufre de alguna
discapacidad permanente como la
dificultad para escuchar, para ver
o las alteraciones motrices que
limitan el desplazamiento, entre
otras1, que acentúan el riesgo de
aislamiento social.
¿CÓMO HACEN FRENTE
A LOS PROBLEMAS
DE SALUD?
Un estudio realizado por el
CEDLA
2
, muestra que el 40% de
los adultos mayores no están
registrados o afiliados a un seguro
convencional o servicio público
para atender sus necesidades de
salud, lo que refleja la
desprotección en la que se
encuentran ante accidentes y
enfermedades que se hacen más
críticas conforme avanza la edad.
Los demás (60%) cuentan con un
seguro por derecho propio o
como beneficiarios o, tienen un
registro que los habilita para acudir
a los servicios públicos, sin
embargo, la atención no está
garantizada; lo cierto es que el
acceso oportuno, integral y
gratuito a los servicios de salud
como pregonan las autoridades,
generalmente queda en el discurso
(Ver gráfico).
Para los adultos mayores,
obtener una ficha para la atención
médica —si logran hacerlo— es
una tarea excesiva y agotadora, así
lo relata una persona de la tercera
edad: “Por fin, después de tres meses
[logré la ficha] para la especialidad de
gastroenterología. Hoy vine a las 03:00
[de la mañana], antes no podía conseguir
una ficha porque vivo sola y no tengo
parientes para que me lo vengan a hacer
cola. Pero ahora estoy contenta, tengo mi
ficha, ya me verán los médicos3. La
mayoría regresa a casa con las
manos vacías, para después
retornar y continuar su peregrinaje.
Sin embargo, la obtención de
una ficha no es la única dificultad
que deben enfrentar para atender
su salud, el déficit de
medicamentos e insumos médicos
es otro problema recurrente en
todos los niveles de atención y
PROTECCIÓN SOCIAL - 3
Octubre de 2017
P
El derecho a la salud en la vejez
CUANDO ENFERMAR ES MÁS FRECUENTE
“[...] cuando uno se enferma tiene que buscar de su propio bolsillo, de
donde no tiene [...] Eso no es para mí un seguro [de salud], el nombre
nomás [...] (Adulto mayor del área rural).
especialmente en los centros
hospitalarios del país. Por esa
razón, cumplir los tratamientos
que son vitales para combatir las
enfermedades, suele ser un
suplicio para muchos: “La verdad
es que nos atienden bien, pero lo esencial,
los medicamentos no hay. Y el anciano
que no tiene para comprarse corre el
riesgo de morirse” (Afiliado al Seguro
de Salud para Personas Adultas
Mayores, SSPAM)4.
En consecuencia, la salud en
la vejez se convierte en un evento
crítico que puede llevar a reducir
considerablemente los recursos
destinados para la subsistencia
haciendo difícil una recuperación
de los mismos en el futuro. De
esta manera, cuando el acceso a
los servicios de salud es limitado,
los hogares se ven obligados a
hacer uso de losgastos de
bolsillo” o desembolsos destinados
a la adquisición de medicamentos
para los adultos mayores, servicios
médicos por consulta externa,
exámenes médicos, servicio de
ambulancia, equipos ortopédicos,
prótesis e internación hospitalaria,
entre otros. Con un promedio
anual de 1.217 bolivianos, en el
año 2014, seis de cada diez
hogares reportaron haber
realizado pagos para atender la
salud de sus adultos mayores.
“[...] cuando uno se enferma tiene
que buscar de su propio bolsillo, de
donde no tiene, así pasa en esta zona.
Eso no es para mí un seguro [de
salud], el nombre nomás, la alcaldía
te atiende solo para el dolor de
cabeza, para la diarrea y nada más,
dan paracetamol [...]” (Adulto
mayor del área rural).
¿Y EL ESTADO?
A pesar de los esfuerzos que
el Estado ha venido realizando en
las últimas décadas para la
protección de la salud de las
personas de la tercera edad
5
, no se
ha logrado mejorar el acceso ni la
calidad de los servicios de salud
para esta población. Si bien la Ley
475 de 2013 establece la atención
integral, oportuna y gratuita a
cinco grupos vulnerables que no
cuentan con el seguro social de
corto plazo, entre éstos, las
personas de la tercera edad, lejos
de garantizar el ejercicio de este
derecho, ha profundizado la crisis
del sistema público de salud.
Asimismo, la ampliación de la
cobertura sin un financiamiento
equivalente, ha provocado el
colapso de los centros médicos y
hospitalarios en todo el territorio
nacional.
Por un lado, se ha intensificado
el problema de la falta de personal
médico y de apoyo para atender a
una población que demanda
servicios cada vez más
especializados; por otro, se han
puesto en evidencia las
limitaciones de la infraestructura
y el equipamiento tecnológico y,
la falta de insumos médicos y
medicamentos, factores que
repercuten negativamente en la
prestación de servicios de salud
oportunos y de calidad, más aún
cuando se trata de personas en
edades avanzadas.
Frente a este panorama, hace
falta una política nacional de salud
que contemple los cambios
demográficos y epidemiológicos
en el país, traducida en programas
públicos y acciones sostenibles a
través de medidas presupuestarias,
legislativas y administrativas que
aseguren un financiamiento per
cápita y hagan posible que el
acceso a la salud integral sea
un derecho ejercido por todos
los bolivianos. En este marco,
la prevención, promoción,
curación y
rehabilitación de la salud en la
vejez estarán garantizadas.
NOTAS
1. Encuesta de Hogares del Instituto
Nacional de Estadísticas
(EH-INE), 2014.
2. Puede acceder al estudio
“Protección Social y Calidad de
Vida en la vejez” en la página del
CEDLA www.cedla.org o a
través del siguiente enlace:
http://cedla.org/sites/default/fil
es/revista_gpfd_19_proteccion_
social_calidad_vida_vejez.pdf
3. Artículo “Duermen y madrugan
para obtener una ficha en el
Hospital de Clínicas” en:h
http://www.erbol.com.bo/notici
a/social/25022014/duermen_y_
madrugan_para_obtener_una_fic
ha_en_el_hospital_de_clinicas
4. Artículo “Ancianos viven un
calvario por falta de
medicamentos”
https://www.eldia.com.bo/index
.php?c=Portada&articulo=Ancia
nos-viven-un-calvario-por-falta-d
e-medicamentos&cat=1&pla=3
&id_articulo=128485
5. El primero fue el Seguro de
Vejez para personas mayores de
65 años (1996-1998); el segundo,
el Seguro Médico Gratuito de
Vejez (1998-2006); el tercero, el
Seguro de Salud para el Adulto
Mayor-SSPAM (2006-2013); y
finalmente, la Ley 475 de
Prestaciones de Servicios de
Salud Integral del Estado
Plurinacional de Bolivia (vigente
desde 2013).
Personas de la
tercera edad son
atendidas por
médicos
itinerantes, ante la
falta de un seguro
de salud para
muchas de ellas.
(Foto: Página Siete,
25/01/2016)
Fuente: Encuesta de Hogares del INE, 2014. Elaboración propia.
Gráfico 1
Adultos mayores registrados o afiliados a algún seguro o
servicio de salud, 2014
Ninguno
SSPAM (Ahora Servicio Integral del Salud)
Cajas de Salud
Seguro departamental o municipal
Seguro Privado
Otro
0% 10% 20% 30% 40% 50%
40,2%
30,1%
23,3%
5,1%
0,9%
0,4%

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