Cáncer: cuando el gobierno recién se informa que es un gran problema
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CONOCIMIENTO AL SERVICIO DE LOS TRABAJADORES
Enero de 2019
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El problema del cáncer en el país
y el drama que viven miles de
bolivianos afectados por esta enferme-
dad del siglo XXI, tiene que ver con la
profunda crisis del sistema de salud,
en particular, de la salud pública, y con
la ausencia de una política nacional de
salud integral, equitativa y universal que
sea asumida como principal política de
Estado y no, con medidas coyunturales
y de emergencia.
Tampoco con construir estable-
cimientos y compras de equipos de
manera improvisada, con eventua-
les propuestas de ley al respecto y la
mejora de la formación profesional de
los médicos, sin una planicación seria
u otras acciones similares, porque todas
La búsqueda de soluciones no
va por proponer e implementar
medidas aisladas y temporales,
sino encaminar esfuerzos
decididos e integrales para
superar la crisis del sistema de
salud.
Entre 2011 y 2016 se registraron 93.282 casos de cáncer, lo que signica un promedio anual de 18.656 casos Con base en este indicador, 51 personas habrían
sido reportadas cada día con este mal, correspondiendo 33 a mujeres
ENTRE LA INEFICACIA Y LA NEGLIGENCIA
Cáncer: cuando el gobierno recién se informa
que es un gran problema*
estas son aisladas y paliativas, y no son
parte de un plan nacional contra el cán-
cer ─integrado a una política nacio-
nal de salud que lo articule a objetivos
y metas comunes para combatir este
mal─ sostenible con el nanciamiento
del Estado y con la participación activa
de la población a través de determina-
das instancias.
El gobierno anunció a principios de
2017 el lanzamiento del Plan Nacional
de Prevención y Control del Cáncer,
empero hasta ahora no se tiene noticia
alguna en cuanto a su implementación,
nanciamiento y resultados previstos.
El cáncer es un problema de salud
pública que en los últimos ocho
años aproximadamente, mostró un
preocupante incremento de casos, sin
embargo, el presidente Evo Morales
armó en julio pasado que reciente-
mente se enteró de este problema,
cuando sostuvo:
“...si hace seis, siete u ocho años,
algunos hermanos médicos o exper-
tos en medicina nos hubieran dicho
que va a crecer este problema del cán-
cer ya hubiéramos terminado [los cen-
tros oncológicos] (en: Página Siete,
20/07/18).
Esta armación revela no sólo un
posible desconocimiento de la magni-
tud que viene cobrando el cáncer en el
país, sino que poco o nada se hizo para
enfrentar este mal.
LOS DATOS SON
CONCLUYENTES
Según el Programa de Enfermedades
No Transmisibles del Ministerio de
Salud, en el período 2011–2016 se
registraron 93.282 casos de cáncer
correspondiendo la mayoría a la pobla-
ción femenina (65,4%), lo que arrojaría
un promedio anual de 18.656 y de 51
casos reportados cada día.
A su vez, un estudio inédito reali-
zado por un grupo de profesionales en
salud, reveló que sólo en el período 1
de julio de 2016 al 31 de junio de 2017,
se registraron 21.730 casos en todos los
establecimientos de salud del país1.
Otro dato compartido en un foro
realizado por Laboratorios Roche
(20/07/18), alertó que uno de cada
cinco bolivianos son candidatos poten-
ciales para adquirir el cáncer.
En consecuencia, la declaración y la
inacción ociales rayan en la irrespon-
sabilidad, y, sobre todo, en la vulnera-
ción agrante del derecho a la salud de
las personas con cáncer.
LA CRISIS DEL SISTEMA DE
SALUD PÚBLICA
La crisis de la salud pública es un
problema estructural cuyas causas
guardan relación con el modelo econó-
mico vigente y con la forma de organi-
zación, gestión y nanciamiento de los
servicios de salud en el país.
También está vinculada a la concep-
ción asistencialista y mercantilista pre-
dominante que traslada la responsabili-
dad de la prevención y del tratamiento
1 Estos datos y otros que hablan de la
dimensión que viene cobrando el cáncer guran en el
documento “Queremos vivir. Cáncer y la ausencia de
políticas de salud pública” elaborado por el Centro de
Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CED-
LA, 2018).
médico al paciente, incluyendo por
supuesto, el pago de los servicios de
salud, que, en el caso de los enfermos
con cáncer, alcanza elevadas sumas.
Desde la visión y drama de los
pacientes con cáncer, la crisis de la
salud pública revela grandes limitacio-
nes materiales, económicas y de recur-
sos humanos que se traducen en un
lento e incierto diagnóstico, una preca-
ria atención y en un largo proceso de
tratamiento que no siempre permite
superar el cáncer.
Estas limitaciones provocan que
las personas con este mal, o aquellas
en fase de diagnóstico, no cuenten
con seguridad, conanza y calidad de
atención necesarias para seguir un tra-
tamiento que concluya en un resultado
satisfactorio.
También pone de maniesto la
gran desigualdad económica que dife-
rencia a los enfermos ya que, mientras
unos pocos pueden acudir a estableci-
mientos de salud privados nacionales
y extranjeros ─como los políticos de
turno, empresarios, clase media adine-
rada y la pequeña burguesía empode-
rada─, gran parte de la población afec-
tada de escasos recursos está resignada
a acudir a los centros públicos y reci-
bir deciente atención como ocurre en
el Hospital de Clínicas afectado, para
colmo de males, con el cierre por más
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